"Es el momento también de poder empezar a contar la otra parte de la historia, porque en este nuevo proceso que iniciamos los pueblos originarios también sabemos que estamos frente a un desafío histórico en donde no vamos a dejar más nuestros derechos y la palabra en manos de otro. Somos nosotros los que a partir de ahora proponemos a todo el resto de la sociedad que nos acompañen, pero no queremos más que nos lleven de la mano."
Corrientes: Audiencia
pública de la Comisión Bicameral para la Reforma, Actualización y Unificación
de los Código Civil y Comercial de la Nación
Moderador.- Invitamos al señor Néstor Jerez.
Sr. Jerez.- En territorio ancestral guaraní, hoy provincia de
Corrientes, saludo a las autoridades tradicionales, a los delegados, a los
miembros de los pueblos originarios, audiencia presente y señores legisladores
de la Comisión Bicameral.
Antes de dar inicio,
quiero reiterar el pedido de realizar una audiencia especial en la provincia de
Salta o Jujuy debido a la cantidad de pueblos preexistentes en esa provincia:
veinticinco pueblos, mil comunidades esperan la participación y ser
consultados.
Mi nombre es Néstor
Jerez y soy secretario de Relaciones Públicas del Consejo de Delegados de
Comunidades Aborígenes del Pueblo Ocloya y como organización somos miembro del
Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios.
Este es un espacio
de encuentro de articulación política que nuclea a más de cuarenta y cinco
organizaciones territoriales de los veintiséis pueblos originarios con
presencia en veinte provincias en la Argentina. Levantamos como bandera de la
reivindicación y visibilización de la diversidad de culturas presentes en los
territorios y la defensa de los mismos.
Creemos que esto es
posible avanzando hacia la reglamentación y la implementación de nuestros
derechos, aquellos por los que luchamos desde hace tiempo.
Nos encontramos ante
un hecho histórico de reparación y refundación del Estado, proceso en el que se
enmarca la reforma, actualización y unificación de los Códigos Civil y
Comercial. Acompañamos este momento porque consideramos que permitirá avanzar
hacia un Estado pluricultural, a través de la implementación de herramientas
institucionales, que establezcan la igualdad jurídica en la diversidad
cultural.
La creación del
Estado Nación consolidó la propiedad privada basada en valores individualistas
y mercantilistas, confrontando con la concepción tradicional de territorio
considerada por los Pueblos Originarios.
El territorio para
los Pueblos Originarios es concebido como una totalidad. Va más allá de una
connotación económica, tiene un sentido espiritual y cultural vinculado a lo
ancestral y tradicional. Involucra no sólo la superficie sino también el
espacio aéreo y subterráneo.
El espacio
territorial es la condición de posibilidad del desarrollo de la cultura
comunitaria tanto en el presente como en el futuro, pues incluye a todos los
recursos naturales y los valores simbólicos-sagrados.
Asimismo, cada
espacio territorial es único, aunque la geografía, la flora y la fauna sean
parecidas en distintos lugares, el valor filosófico que adquiere en la vida de
los pueblos originarios que viven allí es único e irrepetible. Por eso sabemos
que el resguardo de estos elementos es el reaseguro de nuestra continuidad como
pueblo y de las generaciones venideras.
En este sentido, es
necesario contemplar dicha concepción para la incorporación del instituto de la
posesión ancestral, que es aquella que un pueblo o comunidad indígena ejerce,
de acuerdo a su cultura, en una relación de pertenencia con la tierra y el
territorio.
Para ello se propone
incorporar la posesión ancestral de la siguiente manera: “Habrá posesión
ancestral cuando un pueblo o comunidad indígena ejerce, de acuerdo a su cultura
una relación de pertenencia con la tierra y el territorio, por ende se regirá
por las definiciones culturales de cada Pueblo Indígena”.
Durante muchos años
los pueblos originarios tuvimos que hacer frente a las señales hostiles de
negación de los derechos que se daban en el ámbito local y nacional, teniendo
que llevar nuestras demandas al terreno de los organismos internacionales.
Sin embargo, las
organización internacionales, las iglesias y las ONGs pasaron a convertirse en
una fórmula refinada de clásicas intervenciones y prácticas colonialistas,
reduccionistas y cercenadoras de nuestros derechos. Estos sagaces recopiladores
de nuestras situaciones de conflicto llenan interminables informes elaborados
con fina pluma que luego son expuestos por los denominados especialistas en
temas indígenas en grandes púlpitos y con destacada audiencia, pero que finalmente
nada resuelven hacia el interior profundo de estos nuestros territorios.
Estos intelectuales
de la realidad virtual son manipuladores de los mandatos ancestrales y fomentan
la creación de grupos y espacios que hoy desentonan y contradicen al proceso
actual que vivimos los pueblos originarios en Argentina.
Somos un espacio
propositivo, pero no renunciamos a nuestros derechos reconocidos y adquiridos a
través de la lucha, el sacrificio y el derramamiento de sangre de nuestras
generaciones anteriores.
Estos derechos están
contemplados en la Constitución Nacional en el artículo 75, inciso 17, en el
convenio 169 de la OIT, que Argentina ratifica y adhiere a través de la ley
24.071.
No venimos a pedir
más derechos. Simplemente que se nos respeten los derechos que ya están
reconocidos, que se transcriban. Sabemos que en este proceso la historia ha
sido contada desde una parte de la denegación, del ocultamiento, de la
discriminación. Hoy decimos que ya no se puede tapar más el sol con la mano, no
se puede negar más la diversidad de los pueblos y obviamente sabemos quienes
han escrito la historia en su momento, a quienes repudiamos -que están vestidos
de próceres, como Sarmiento, Mitre y Roca-, pero también reivindicamos y
entendemos que en ese momento había pensamientos diferentes, como San Martín,
Belgrano, Castelli y Moreno, ese pensamiento de la Patria grande, de la
igualdad, del reconocimiento de la diversidad y del reconocimiento de los
derechos de los pueblos originarios.
Es el momento
también de poder empezar a contar la otra parte de la historia, porque en este
nuevo proceso que iniciamos los pueblos originarios también sabemos que estamos
frente a un desafío histórico en donde no vamos a dejar más nuestros derechos y
la palabra en manos de otro. Somos nosotros los que a partir de ahora
proponemos a todo el resto de la sociedad que nos acompañen, pero no queremos
más que nos lleven de la mano.
Como pueblos
originarios también proponemos a los legisladores que se reconozcan nuestros
derechos. No pedimos más derechos porque ya los tenemos contemplados.
Simplemente pedimos que se nos reconozca. Hemos venido haciendo un nuevo
proceso en donde obviamente hemos tenido situaciones. Por ejemplo, en la
reforma de la Constitución en el 94 nuestras generaciones anteriores han
luchado y han logrado incluir ese artículo, que es muy rico en contenido, en
derecho, como es el artículo 75, inciso 17.
También hemos tenido
la experiencia en la nueva ley de medios de comunicación en el 2009, en donde
hemos tenido este desafío de hacer entender a nuestros legisladores, porque en
el Congreso es donde se aprueba, que no somos una ONG, no somos una asociación
civil sino que somos pueblos originarios, pueblos preexistentes.
Por lo tanto,
nuestra personería jurídica tiene que ser de orden público, porque no somos
como una entidad deportiva que se crea y se deshace. Ya está reconocido que
nosotros somos preexistentes a los Estados tanto provinciales y nacionales.
No tenemos que crear
nada. Hay que reconocer que los Estados se han asentado sobre nuestros
territorios. Es por eso que hoy venimos a reafirmar nuestros derechos. Y en ese
sentido hemos logrado incluir en la ley de medios una cuarta categoría
denominada “la comunicación con identidad”.
Así también hemos
llegado a Tucumán en el año 2011 y ahora en este año 2012, el 9 de julio, en
donde se empiezan a descubrir actas escritas en idiomas originarios. Eso hace
que se reconozca que este Estado también ha sido construido con la
participación de los pueblos originarios, los que en su momento nos han
denominado como gauchos o campesinos. Eso éramos nosotros, los pueblos
originarios preexistentes.
Porque nos
preguntamos, antes que exista Jujuy, Salta, Tucumán, ¿quiénes eran los que
venían desde el norte para llegarse a la lucha en la primer batalla, que ha
sido uno de los caminos de la construcción de este Estado, como ha sido el
éxodo jujeño. Obviamente hemos sido los pueblos de Ocloya, Tilcara, Humahuaca,
Diaguita, (Tastil), Lules, entre otros.
Para ir cerrando,
dejo el mensaje a los legisladores porque está en sus manos el poder plasmar
nuestros derechos, que ya están reconocidos, en esta nueva reforma unificación
y reforma del Código Civil y Comercial. Muchas gracias. (Aplausos.)
http://ccycn.congreso.gov.ar/versiones/corrientes/2012-27-09.html
http://ccycn.congreso.gov.ar/versiones/corrientes/2012-27-09.html
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