sábado, 30 de marzo de 2019

NOSOTROS PUEBLOS NACIONES



Nosotros, Pueblos Naciones originarias preexistentes, poseedoras cada una de un idioma y una cultura milenaria, siempre subestimada y ninguneada por los conquistadores.

Declaramos nuestro más enérgico repudio a las opiniones y conceptos vertidos por parte del Ejecutivo argentino en la apertura del Congreso Internacional de la Lengua Española, el pasado 27 de marzo del corriente año. Estas expresiones solo demuestran una vez más el profundo odio y desprecio racial que nos tienen.

Repudiamos el circo lingüístico y la puesta en escena de convocatorias con el solo propósito de rendir pleitesías y eternizar un sistema monárquico anacrónico y acabado.

Nos encontramos en la actualidad gobernados por una oligarquía que, enquistada en el poder, condena al pueblo a la pobreza y a la miseria, nos niega a los Pueblos Originarios nuestra identidad y nuestro derecho al territorio, nos reprime y nos mata por el solo hecho de cuidarlo, protegerlo  y defenderlo, y nos aplica una justicia de y para blancos, demonizando y persiguiéndonos por ser originarios para justificar cada atropello.

A esta oligarquía le decimos que no aceptamos sus imposiciones lingüísticas, les exigimos restituir a cada nación originaria su identidad y territorio, que nos restituyan la palabra y el habla que nos fuera extirpada y prohibida como parte del proceso de conquista y colonización. La colonización no es parte del pasado, sino que está vigente en este tipo de actos y réplicas discriminatorias, como los que han tenido lugar recientemente en el llamado Congreso Internacional de la Lengua Española. El retomar la palabra en primera persona como actores políticos, colectivamente organizados no es más que la restitución de un derecho que nos fuera prohibido y un reconocimiento como Sujetos de derecho.

Los Pueblos Originarios exigimos que Occidente repare el daño y el ultraje perpetrado en América desde la colonización hasta estos días. Es necesario que los Estados blancos y los gobiernos de cada país se hagan cargo de los atropellos que infligieron e infligen a nuestras hermanas y hermanos en toda América, reconociendo ante el mundo el genocidio y etnocidio producido. Más de 90 millones de originarios asesinados por la usura y la ambición. El mayor genocidio de la historia.

Solo en ese reconocimiento podremos comenzar a reparar y sanar las heridas profundas que sufrimos a lo largo de la historia colonizadora, para retomar nuestro camino de libertad y de Buen Vivir en Interculturalidad y Plurinacionalidad.

Juntos por Memoria, Identidad y Territorio.

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