KUNAWA LLAJTAMANTA TONOKOTÈ
“LLUTKI”
Santiago del Estero
5 de marzo de 2014
En este día y hora de hace un
año, partía hacia la paqarina, el espíritu
de nuestro hermano, compañero, gran líder
natural, comandante eterno y Presidente
de la hermana República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías.
Como tinkina del Pueblo Tonokoté, desde
el año 2007, tuve el privilegio de conocerlo personalmente, estar a su lado
cada año hasta el año 2012, compartir agua y comida, los viajes en el Hércules
hacia las Regiones de la Gran Sabana que tanto amaba, porque allì naciò,
también a las zonas de la Amazonía, a Maracaibo, a Suliá, a Bolívar, a Guaicaipuro, a tantos
lugares a los que acompañamos para compartir ese fluir de su energía
inagotable, de su sencillez, de su carisma, de su gran amor por el pueblo y
sobre todo por los niños…. Ese amor por los niños, que lo vivimos en cada
gesto, en las palabras, en sus escritos…. Compartir entre risas y
jolgorios la apertura de instalaciones
de agua con chorros gigantes con los cuales nos mojábamos juntos todos los
presentes.
¿Quién no lo amó conociéndolo? Sólo los que
no lo conocieron personalmente,
intentan negar su capacidad, de
escribir palabras detractoras de su persona, de
desconocer su lucha y triunfo sobre el imperio neoliberal, de hacer
frente a todos los imperialistas, y hasta al mismo Felipe de España, no digo Rey,
porque para nosotros no existen, según nuestra constitución, prerrogativas
de nacimiento ni títulos
de nobleza.
En octubre del año 2013, cuando estuve en Caracas,
lo primero que hice al bajar en Maiquetía,
fue pedir que nos llevaran al
cuartel de la montaña “4 e” a
rendir mi tributo como Originaria del norte que es el sur, como lo decía él también,
como es el pensamiento de todos los originarios del Abya Yala, a ver su
mausoleo, su guardia permanente, a
escuchar lo que el pueblo nos contaba, a sentir
muy dentro el cañonazo cada día, a las 16,25 hs. De caracas, a
recordar sus frases eternas, sus cantos, sus poemas, sus dichos tan graciosos, a recordar cada capítulo
de su libro “” cuentos del arañero”, en donde
el o la que lee, lo conoce en cada tramo, un poco más, desde su niñez,
en su “sabaneta de barinas”, de la venta
de las arañitas, tarea que le encomendaba su abuela rosa Inés, a quien amó entrañablemente.
Sus cantos de llanero, con el ritmo tan propio y alegre, los llevo
siempre dentro mío, por el orgullo de haber conocido y compartido un tramo de
la vida del Kay Pacha, con un hombre extraordinario. Los imperialistas no lograrán
borrar su ejemplo porque sólo aspiran al poder para oprimir al pueblo.
Esta arenga suya, debería presidir el lugar de
trabajo o de lucha de todos nosotros y dice así:
“Aquí
no se rinde nadie,
Aquí no se cansa nadie…
Rendirse es traición,
Cansarse es falta de conciencia,
El que se cansa de una lucha
Es que no tiene conciencia
Por más dificultades
Que haya en el camino…”
Como dijo el comandante eterno: ¡Hasta la victoria
siempre!
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