¡POR UN ESTADO PLURINACIONAL!
El Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de
Pueblos Originarios –ENOTPO, que nuclea a 45 organizaciones originarias,
acompañamos la decisión de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner de
reemplazar la estatua de Colon por una de Juana Azurduy en la Casa Rosada.
La figura de Colon representa el símbolo del genocidio y etnocidio de los Pueblos Originarios en América y su reemplazo no puede reducirse a un debate sobre si la misma es patrimonio de la Nación o de la Ciudad de Buenos Aires.
La figura de Colon representa el símbolo del genocidio y etnocidio de los Pueblos Originarios en América y su reemplazo no puede reducirse a un debate sobre si la misma es patrimonio de la Nación o de la Ciudad de Buenos Aires.
El hecho de erradicar los símbolos del genocidio, en el
marco del Bicentenario de la Asamblea del Año XIII y de las luchas
revolucionarias por la soberanía nacional y popular, propone una reflexión
histórica profunda sobre la “conquista” de América y sobre el modo en que el Estado
argentino se construyó en medio de una puja política entre distintos proyectos
de nación, uno plurinacional y soberano, y otro liberal y cipayo.
Este proyecto liberal de Estado, finalmente terminó imponiéndose mediante la elaboración de un “relato” hegemónico, ofensivo y estigmatizador, justificatorio de las matanzas y expropiación sistemática a los Pueblos Originarios. También elaboró festividades y simbología para perpetuar la colonización, decretando la muerte y/o asimilación de los Pueblos Originarios a la nación blanca y europeizada. Aún hoy persisten sus nefastas marcas erigidas en plazas, monumentos, museos, moneda nacional y calles, símbolos sanguinarios para los Pueblos Originarios y para toda la sociedad, que continúan reproduciendo el proyecto colonialista y el relato único, invisibilizando a los genuinos líderes libertarios que lucharon por una verdadera emancipación continental, Kallchakí, Kajfvkura, Chelemin, Viltipoko, Likar, Kipildor, Meguesoxochi, Lefxaru, Tomás Paniri, Tupac Amaru, Bartolina Sisa, Andresito Guacurarí junto a Juana Azurduy, Belgrano, Moreno, Miranda, Artigas, Bolívar, San Martín.
A pesar del importante avance de los proyectos democráticos, emancipadores y descolonizadores que en las últimas décadas se vienen desarrollando tanto a nivel nacional como en los países de la región sudamericana, el proyecto liberal sigue vigente en algunos sectores reaccionarios de la sociedad que, enquistados en el poder, se resisten a la revisión del relato hegemónico y a la redistribución de ese poder. En esta línea, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, reivindica como prócer al genocida Julio A. Roca, como así también se niega al reemplazo de la figura de Cristóbal Colón.
Desde el ENOTPO repudiamos la actitud del Jefe de Gobierno que, detrás del superficial debate respecto al ámbito jurisdiccional, no logra ocultar su ideología reaccionaria, fascista, liberal y conservadora. En este sentido, consideramos que es fundamental desandar el camino de la colonización en términos materiales y simbólicos. El “patrimonio estatal” no es un legado inmanente del pasado, sino que a través de él se construye y reconstruye políticamente la historia de nuestro pueblo.
Es por ello que es importante bajar los cuadros de los genocidas y desmonumentar a Colón.
Este proyecto liberal de Estado, finalmente terminó imponiéndose mediante la elaboración de un “relato” hegemónico, ofensivo y estigmatizador, justificatorio de las matanzas y expropiación sistemática a los Pueblos Originarios. También elaboró festividades y simbología para perpetuar la colonización, decretando la muerte y/o asimilación de los Pueblos Originarios a la nación blanca y europeizada. Aún hoy persisten sus nefastas marcas erigidas en plazas, monumentos, museos, moneda nacional y calles, símbolos sanguinarios para los Pueblos Originarios y para toda la sociedad, que continúan reproduciendo el proyecto colonialista y el relato único, invisibilizando a los genuinos líderes libertarios que lucharon por una verdadera emancipación continental, Kallchakí, Kajfvkura, Chelemin, Viltipoko, Likar, Kipildor, Meguesoxochi, Lefxaru, Tomás Paniri, Tupac Amaru, Bartolina Sisa, Andresito Guacurarí junto a Juana Azurduy, Belgrano, Moreno, Miranda, Artigas, Bolívar, San Martín.
A pesar del importante avance de los proyectos democráticos, emancipadores y descolonizadores que en las últimas décadas se vienen desarrollando tanto a nivel nacional como en los países de la región sudamericana, el proyecto liberal sigue vigente en algunos sectores reaccionarios de la sociedad que, enquistados en el poder, se resisten a la revisión del relato hegemónico y a la redistribución de ese poder. En esta línea, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, reivindica como prócer al genocida Julio A. Roca, como así también se niega al reemplazo de la figura de Cristóbal Colón.
Desde el ENOTPO repudiamos la actitud del Jefe de Gobierno que, detrás del superficial debate respecto al ámbito jurisdiccional, no logra ocultar su ideología reaccionaria, fascista, liberal y conservadora. En este sentido, consideramos que es fundamental desandar el camino de la colonización en términos materiales y simbólicos. El “patrimonio estatal” no es un legado inmanente del pasado, sino que a través de él se construye y reconstruye políticamente la historia de nuestro pueblo.
Es por ello que es importante bajar los cuadros de los genocidas y desmonumentar a Colón.
Es recuperar el proyecto de la Patria Grande
que soñaron alguna vez las y los “revolucionarios de mayo” y que nuestros
líderes contemporáneos como Hugo Chávez y Néstor Kirchner han reivindicado y
recuperado, sustentados y acompañados en cada batalla por un infinito colectivo
de héroes anónimos.
Celebramos recuperar y enaltecer la figura revolucionaria de Juana Azurduy, quien combatió la dominación española y luchó con coraje junto a los pueblos. Este símbolo de la libertad americana, no sólo recuerda la participación histórica de los pueblos originarios y afrodescendientes en las luchas revolucionarias, sino que además visibiliza a tantas mujeres fundamentales en la lucha por la libertad y la independencia.
Este hecho es la consecuencia irreversible del avance de los pueblos sudamericanos en la construcción de gobiernos más justos y de Estados más inclusivos. Los Pueblos Originarios hemos decidido salir de la mera resistencia para ser protagonistas en la construcción de nuestra propia historia y del país que queremos dejar a las generaciones futuras. Desde el 2003 hemos retomado un diálogo con el Estado Nacional tendiente a avanzar en la construcción de una política pública intercultural en un marco de igualdad en la diversidad.
Convocamos a toda la sociedad, organizaciones sociales y políticas, a estar movilizados y caminar juntos hacia un Estado Plurinacional, soberano, en complementariedad y justicia social.
Celebramos recuperar y enaltecer la figura revolucionaria de Juana Azurduy, quien combatió la dominación española y luchó con coraje junto a los pueblos. Este símbolo de la libertad americana, no sólo recuerda la participación histórica de los pueblos originarios y afrodescendientes en las luchas revolucionarias, sino que además visibiliza a tantas mujeres fundamentales en la lucha por la libertad y la independencia.
Este hecho es la consecuencia irreversible del avance de los pueblos sudamericanos en la construcción de gobiernos más justos y de Estados más inclusivos. Los Pueblos Originarios hemos decidido salir de la mera resistencia para ser protagonistas en la construcción de nuestra propia historia y del país que queremos dejar a las generaciones futuras. Desde el 2003 hemos retomado un diálogo con el Estado Nacional tendiente a avanzar en la construcción de una política pública intercultural en un marco de igualdad en la diversidad.
Convocamos a toda la sociedad, organizaciones sociales y políticas, a estar movilizados y caminar juntos hacia un Estado Plurinacional, soberano, en complementariedad y justicia social.
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