Las comunidades indígenas de América Latina y Colombia se niegan a perder su cultura, sus costumbres, su lengua, su conexión con la pachamama y con el cosmos. Sus conocimientos ancestrales están vigentes a pesar de la persecución y el desplazamiento a los que han sido sometidos. La lucha por la permanencia en los territorios es sagrada, al igual que la defensa de los ecosistemas. Cumpliendo estos principios, los indígenas U’wa cerraron la entrada de turistas al parque durante esta Semana Santa.
La sabiduría indígena, la conexión con la Madre Tierra y con el cosmos, llevó a la comunidad U’wa, a convocar un plantón desde el pasado 20 de marzo a la entrada del Parque Nacional Natural El Cocuy. Según los U’wa, a través de un comunicado público, impedir la entrada de turistas significa garantizar la permanencia de la vida, la cultura y la madre tierra en el territorio. La decisión se tomó después de una reunión entre campesinos, indígenas y representantes del Gobierno.
Campesinos e indígenas manifestaron que el parque se encuentra deteriorado por la actividad turística y por la falta de control y protección. Denunciaron que un video en redes muestra a un grupo de visitantes jugando fútbol en pleno nevado. En el comunicado afirmaron que en las afectaciones físicas, culturales y cosmológicas del pueblo de la nación U’wa, se evidencia el desequilibrio natural y espiritual de la madre tierra.
Cóndores no llegan todos los días a Zizuma
Zizuma es el nombre en lengua U’wa de El Cocuy: una cadena de perlas blanquísimas que adorna los Andes, ubicada en los departamentos de Casanare, Arauca y Boyacá. En 2011, El Cocuy brindó hogar a dos cóndores que fueron criados por la Sociedad Zoológica de San Diego y el Programa de Especies Sobrevivientes de California, EE.UU. Los nuevos integrantes del parque fueron bautizados por los U’wa como Wayra y Sirará, que para ellos significa Diosa de los Vientos y Montaña, respectivamente.
Pero como cóndores no llegan todos los días al Cocuy, y como en esta Semana Santa serían muchos los turistas que lo visitarían, e Alcalde del municipio El Cocuy, Ramiro Daza, dijo que alrededor de tres mil personas se verían afectadas con el cierre del lugar. No obstante, queda la duda: ¿hasta dónde se verían afectados los turistas?
Sitios turísticos, parques recreativos, nevados, ríos, bosques y montañas son la atracción que los turistas anhelan disfruta en medio de un entorno rico en flora y fauna. Sin embargo, la pregunta es ¿Cuánto está dispuesto a dar cada visitante de El Cocuy para ayudar a conservar este lugar sagrado? ¿Qué política local y Nacional vigente se está cumpliendo para garantizar la conservación y la permanencia de los ecosistemas?
¿Qué importancia le está dando cada humano a coadyuvar y a implementar procesos de recuperación de ecosistemas que ya están en vía de extinción? ¿Si no hay actos de conciencia, por qué hemos de permitir un disfrute que conlleva el deterioro progresivo del medio ambiente?
Quienes han resistido he infundido en la protección de la pachamama y la conservación de los lugares sagrados han sido las comunidades ancestrales y los campesinos. No obstante, se les ha despreciado y tildado de ignorantes, ¿de quién será la ignorancia?
Los pueblos ancestrales viven una amenaza constante, siguen siendo desplazados de sus territorios, no se les respeta el derecho a la consulta previa en la ejecución de grandes proyectos. Se han visto obligados a ver morir a sus hijos de hambre, de sed y de enfermedades por el consumo de agua contaminada o por falta de atención médica, o porque su territorio ya no es apto para cultivar.
La resistencia de los indígenas U’wa debe convertirse en una alerta y un llamado a todos y todas a hacer un alto en el camino en época de peregrinación. Urge romper la invisibilidad, el silencio y los atropellos a los que son expuestos los territorios ancestrales.
Urge romper el racismo uniendo la voz a los U’wa para adquirir conciencia no solo del disfrute de los bienes naturales y comunes de la madre tierra, sino de su conservación. Urge entender que la vida depende de la conservación de esos bienes naturales. Urge cambiar la cultura del derroche por una cultura de conservación.
Comunicado a la opinión pública
Cubará, Boyacá 18 de Marzo del 2016. Ante la incapacidad del Parque Nacional Natural de Colombia de administrar y ejercer control en el Parque Nacional Natural El Cocuy (PNNC), y su rol de operador turístico, desconociendo su funciones en la garantía, la protección y LA conservación de las áreas protegidas. Como nación U’wa,, y defensores de nuestra madre tierra, exponemos a la opinión pública nacional e internacional que:
1. ZIZUMA es para la nación U’wa, nuestro territorio sagrado, donde conviven nuestro seres divinos, y se materializa el conocimiento ancestral y cultural de nuestras autoridades tradicionales (Werjayas).
2. La mala administración de PNNC, evidencian en las afectaciones físicas, culturales y cosmológicas del pueblo de la nación U´wa, el desequilibrio natural y espiritual de nuestra madre tierra.
3. El pueblo de la nación U’wa, ha tomado la decisión de movilizarse en defensa de nuestro territorio ancestral ZIZUMA. Por lo tanto, a partir de la fecha no se permitirá el turismo en nuestro sitio sagrado.
4. Invitamos a la comunidad nacional e internacional, organizaciones defensores de los derechos ambientales a solidarizarse con nuestra lucha en la defensa territorial kera chikara.
5. Ratificamos nuestra posición de defensa y protección a la madre tierra, el respeto a nuestro sitios sagrados, a la vida y la pervivencia como pueblo ancestral y milenario. El cierre del turismo en el área de parque natural El Cocuy solo es un paso para la garantía de la vida, de la cultura y de la madre tierra. Asociación de Autoridades Tradicionales y Cabildo U’wa (ASOU’WA).
Fuente: NODAL