Al cumplirse un nuevo aniversario de la usurpación por parte
del gobierno británico de las Islas Malvinas, desde el Encuentro Nacional de
Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios –ENOTPO- acompañamos la carta de la Presidenta de la Nación Dra. Cristina Fernández de Kirchner enviada al Primer Ministro de Inglaterra David Cameron y nos sumamos al legítimo
reclamo argentino por la soberanía de las Islas.
Desde la ocupación española de las Islas Malvinas (siglo
XVI), las mismas fueron un territorio anhelado por Francia e Inglaterra, tanto
por la riqueza de los bienes naturales, como por la ubicación estratégico
militar que tanto ha interesado a los países imperialistas. Con la
Independencia americana, el archipiélago pasó a formar parte del territorio
argentino, pero la ambición inglesa lo llevó a expropiar el territorio el 3 de
enero de 1833, por medio del uso de la fuerza, destituyendo a las autoridades
legítimas.
Dicha ocupación fue resistida por un grupo de originarios,
encabezada por Antonio Rivero, conocido como “el gaucho Rivero”. La
denominación popular de “gaucho” operó entonces como marca diacrítica para
invisibilizar su pertenencia a la Nación Charrúa. Este grupo, logró reducir por
un par de días a los militares ingleses, haciendo flamear la bandera argentina
en las Islas. Dicho acto heroico, ha sido rebajado tanto por las crónicas
inglesas, como por los análisis historiográficos argentinos (con una clara
mirada europeizante) a actos vandálicos y anárquicos, con una innegable
connotación de salvajismo y barbarie. Estos relatos históricos vienen siendo
cuestionados desde una perspectiva revisionista.
Pero esta no fue la única vinculación de los Pueblos
Originarios con las Islas Malvinas, dado que grupos de Yamanas fueron
trasladados forzosamente por las autoridades británicas que establecieron una
colonia anglicana, con el objetivo de poblar el archipiélago. La mayoría de
esta población pereció tiempo después como consecuencia de pestes y de las
pésimas condiciones de vida a las que fueron sometidos.
Argentina nunca claudicó en su lucha y reivindicación por el
derecho soberano sobre el territorio por la vía diplomática obteniendo buenos
resultados en instancias internacionales, tales como la ONU. No obstante,
dichas negociaciones fueron interrumpidas por los responsables del último golpe
de estado quienes tomaron la decisión unilateral de llevar adelante la guerra,
como excusa para mantenerse en el poder y desdibujar las presiones y denuncias
de las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos.
En este contexto se desato la guerra, a la cual enviaron a
jóvenes sin experiencia militar entre los cuales se reclutó a muchos
integrantes de Pueblos Originarios. Aquellos hermanos que lucharon en Malvinas,
lo hicieron con la convicción de defender la nación pluricultural y
plurinacional de la cual formamos parte, más allá de que en aquel entonces el
gobierno de facto y la oligarquía argentina negara nuestra identidad
originaria, oponiéndola a la del Estado. El resultado de esta guerra desigual,
fue la pérdida en el terreno militar consecuencia de la desigualdad
armamentística, de logística pero también consecuencia de los métodos ilegales
utilizados por los piratas.
En los últimos años, la vía política de negociación
establecida por el gobierno argentino, no ha tenido una contraparte a su
altura, dado que la respuesta del gobierno británico fue militarizar aún más el
archipiélago y brindar absurdas disquisiciones sobre la autodeterminación.
El concepto de autodeterminación surge en el marco de las
organizaciones internacionales de Derechos Humanos, con el objetivo de
reconocer el derecho de los Pueblos preexistentes a tener su cultura y
desarrollo propio y sobre todo dar lugar a la legítima autonomía en sus
territorios ancestrales. Si tenemos esto en cuenta, salta a la vista el
ridículo argumento de los ingleses, victimizándose y queriendo torcer para el
lado de los colonizadores y expropiadores los derechos adquiridos tras años de
luchas por los Pueblos Originarios. No obstante, más allá de las diferentes
posturas respecto de la autodeterminación, la comunidad internacional ya dio su
veredicto dando por tierra con dicho argumento, instando a Inglaterra a
sentarse a negociar, diálogo al que los imperialistas se resisten.
Los pasos firmes que viene dando el Estado argentino por la
soberanía nacional ya sea en el reclamo por las Malvinas, por la devolución de
la Fragata Libertad, la nacionalización de YPF, entre otros, no solo son
jaqueados por países omnipotentes que consideran que las reglas solo funcionan
para los demás y nunca para si mismos, sino también por las corporaciones
internacionales. Son estas corporaciones internacionales, arraigadas en
territorio argentino como Clarín, las corporaciones sojeras, mineras aliadas
con la oligarquía terrateniente como la Sociedad Rural, quienes demuestran que
su bandera está siempre al servicio de su clase y nunca al servicio del pueblo.
Los Pueblos Originarios unidos y organizados en el ENOTPO
formamos parte del proceso de consolidación de la soberanía nacional, a partir
de la cual podremos avanzar en la discusión sobre nuestros territorios y bienes
naturales. Por tanto, acompañamos todas las políticas tendientes a afianzar la
soberanía nacional y continental, hermanados con todos los estados
plurinacionales de Sudamérica que se vienen fortaleciendo por medio de la
asociación en bloques regionales como UNASUR, CELAC y MERCOSUR.
Solo lograremos la descolonización territorial y cultural
por medio de políticas públicas interculturales y acciones que reafirmen y
resguarden la soberanía y fortaleza de la región. Seremos los Pueblos
preexistentes como parte del Pueblo sudamericano quienes levantaremos las
banderas de la igualdad y la Plurinacionalidad, efectivizando así el
reconocimiento real de la diversidad presente en el Territorio.
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