6, 7
y 8 de Junio de 2014
Desde el Territorio ancestral del Pueblo preexistente Tastil,
en Campo Quijano, provincia de Salta, con las fuerzas naturales de la Madre
Tierra y siguiendo los caminos marcados por nuestros ancestros, que hoy
confluyen en este espacio y en este tiempo, con la claridad y tenacidad de
nuestras autoridades originarias, la fortaleza y compromiso de nuestros
jóvenes, con las fuerzas naturales que componen nuestros Territorios, los ríos,
las montañas, el viento, el sol, con todos y cada uno de los elementos de la
naturaleza que hacen a nuestra cosmovisión y espiritualidad, elementos que son
la fuente fundamental de nuestros pensamientos, base de nuestra propia ideología
y proyecto político, los Pueblos Originarios
hermanados y organizados en el Encuentro Nacional de Organizaciones
Territoriales de Pueblos Originarios
- ENOTPO, decimos:
Nos convocamos en Salta, Territorio
Originario, para hacernos parte de las situaciones de atropellos, maltratos y
violaciones a los derechos de los Pueblos Originarios
que se repiten sistemáticamente en la provincia. Acá estamos en Territorios
Tastil las organizaciones territoriales que formamos este espacio político
propio, el ENOTPO, conformado en la actualidad por 45 organizaciones que
nuclean a 27 pueblos preexistentes y más de 1000 comunidades, con
representatividad en 20 provincias, fortaleciéndonos de la lucha territorial
que el Consejo de Pueblo Tastil sostiene en cada uno de sus espacios
comunitarios.
Nos constituimos como un espacio
propositivo de articulación de la política territorial indígena a nivel
nacional con un objetivo fundamental: salir de la mera resistencia para
hacernos parte con propuestas propositivas de las definiciones referentes al
presente y futuro de nuestros Pueblos y sus bases comunitarias.
Tras largos años de colonización,
invisibilización y paternalismos, hemos retomado la voz
en primera persona y nunca más dejaremos que nuestra voz la tomen otros
espacios que han oprimido y sojuzgado a nuestros Pueblos, sectores como la
Iglesia que aún insisten en continuar siendo amos de nuestra espiritualidad,
nuestros pensamientos y prácticas culturales. No permitiremos que partidos
políticos, organizaciones sociales, gremios, sindicatos, corporaciones
mediáticas, ONG’s, se apropien de nuestras demandas, propuestas y logros,
interfiriendo en nuestras orgánicas. Nuestra voz colectiva emana del territorio
y no permitiremos su manipulación y tergiversación.
Somos por historia y destino un Estado
Plurinacional, que se nutre y se enriquece de su propia diversidad. Así como no
se entiende un Estado sin territorio, en la cosmovisión de los Pueblos Originarios no existe la posibilidad de vida
sin Territorio. El equilibrio de la vida
reside en los conocimientos y sabidurías de nuestras culturas.
Durante siglos, nuestra identidad cultural
reservada tuvo como fin la supervivencia, en resistencia pasiva, a una sociedad
que no entendía los reclamos de las mayorías silenciosas, mientras esperábamos
pacientemente un proceso histórico que trajera la reparación para nuestras
culturas y nuestros territorios. Fuimos las multitudes sin nombre las que
construimos ciudades, caminos, puentes y fuimos parte de las luchas libertarias
por la Patria Grande.
Fuimos objeto de políticas proteccionistas
y asistencialistas. Hoy en pleno siglo XXI, nos presentamos como sujetos de
derecho público, a la luz de una Constitución Nacional que reconoce la
preexistencia de los Pueblos Originarios
tras años de devastación por quienes practicaban la apología de la propiedad
privada, en desmedro de la libertad, y
sobre todo de la dignidad humana.
Desde tiempos inmemoriales habitamos
nuestros territorios, estamos ligados a la tierra que nos da la vida, nos alimenta, que nos da
la fuerza espiritual que nos une de manera individual y colectiva a la misma
naturaleza. Somos la historia, el presente y el futuro de un Estado que debe
reconocerse así mismo como Plurinacional y diverso en razón de una realidad
innegable de su propia población.
Denunciamos
ante la sociedad en general un hecho más de atropello y avasallamiento de
nuestros derechos comunitarios, ocurrido en la Comunidad Valle del Sol del Pueblo
Tastil, contra nuestra hermana Andrea Quipildor de Sara, quien sufrió el
desalojo forzoso y la demolición de su casa, en la que vivió siempre y donde
nacieron sus hijos. Este hecho de violencia fue perpetrado por el terrateniente
francisco jovanovics quien ha realizado diversas acciones de atropello contra
doña Andrea y su familia, entre ellas el desmonte del territorio, la
instalación de una casilla en un espacio que desde siempre fue destinado al
pastoreo de los animales, la obstrucción de caminos internos y la destrucción
de acequias dejando a la familia sin agua. jovanovics se apoya en sus
vínculos políticos y judiciales a nivel local y provincial, que le dan cobijo y
protección, y se pasea impunemente con armas de guerra por el territorio
Tastil. Estos hechos son algunos ejemplos de los tantos que violan y desconocen
los derechos fundamentales de los Pueblos Originarios
por parte del Estado provincial y el poder judicial.
Denunciamos
la desprotección de nuestros derechos y la complicidad de los distintos poderes
del Estado con los intereses especuladores y mercantilistas de empresas y
particulares, saqueadores de nuestros bienes naturales, haciendo negocio en nombre del “desarrollo y el
progreso” y destruyendo nuestros territorios mediante la imposición de un
modelo ajeno a la idiosincrasia y cultura de nuestros pueblos.
Denunciamos
la explotación turística sistemática, la especulación inmobiliaria, los mega-proyectos
mineros y los emprendimientos de patrimonialización de nuestros territorios y sitios
sagrados. La pretendida Declaración de Patrimonio de la Humanidad del Qapaj Ñan (conocido
también como camino del inca o camino
andino), involucra a seis Estados que pretenden avanzar sobre nuestros
Territorios Comunitarios sin un procedimiento correspondiente de Consulta a los
Pueblos Originarios . Ya conocemos la
experiencia de lo sucedido en la Quebrada de Humahuaca luego de su
patrimonialización, donde la ganancia económica de unos pocos primó en
detrimento de nuestros derechos territoriales y desarrollo local.
De la misma manera denunciamos la actividad pseudo deportiva del Rally Dakar,
responsabilizando a los organizadores del evento y a los organismos que avalan
esta actividad. Denunciamos la destrucción y contaminación ambiental de los
territorios y los sitios sagrados ante la intromisión violenta de motos,
cuatriciclos, autos y camiones de los distintos equipos que se hacen parte de esta
actividad. A esta invasión se debe sumar como agravante en el deterioro de los
territorios, el séquito de auspiciantes, patrocinantes, corresponsales y
seguidores que acompañan esta elitista y exótica carrera.
Exigimos
a los poderes ejecutivo y legislativo la adecuación y actualización de la Ley
provincial Nº 7121, mediante el reconocimiento formal de los Pueblos preexistentes
Atacama, Tastil, Iogys, Lules y Weenhayek, quienes antes de la conquista de
la actual Provincia de Salta, ya habitaban en estos territorios ancestrales. Desde
nuestras identidades hemos aportado a la diversidad, a la solidaridad, a la
esencia misma de la identidad del salteño, del argentino, como así también desde
nuestras voces y toponimias que hoy señalan una región, una tonada y una
identidad amalgamada de culturas originarias y criollas. El Estado debe
reconocer, no solo la existencia de los Pueblos Tastil, Lules, Atacama, Iogys y
Wennhayek, sino también su derecho a participar en las políticas públicas,
indígenas y no indígenas, a ser consultados y participar de todos los asuntos
que influyan en su vida, sus instituciones tradicionales y entidades jurídicas,
su derecho a la autonomía y libre determinación, de poder decidir hacia donde
dirigir su desarrollo integral, en salud, educación, buen vivir.
Denunciamos
la ejecución inconsulta de la Ley Nº 26331 de protección de Bosques Nativos y
exigimos el inicio inmediato de un proceso de consulta legítimo con la participación
de los Pueblos Originarios , principales
afectados por dichas políticas. Estas acciones niegan nuestros derechos
constitucionales y violan el mismo derecho de preexistencia de nuestros Pueblos
en tanto sujetos de derecho. Exigimos a la Secretaría de Ambiente de la Nación
el freno de los desmontes hasta que se garanticen los procesos de consulta y
obtención del libre consentimiento previsto por leyes superiores.
Entendemos que es urgente profundizar la reforma del Poder Judicial y la
democratización de cada de uno de sus órganos para poder así efectivizar
nuestros derechos. Para tener una justicia plural, que permita el acceso real,
nuestra voz debe ser escuchada, y los cambios en el sistema judicial deben ir
acompañando el reconocimiento de nuestra cultura e institucionalidad. ¿Cómo es posible que después de cinco años
aún no haya justicia por Javier Chocobar y que sus asesinos sigan libres
hostigando a la comunidad? ¿Cómo es posible que los atacantes de Andrea
Quipildor gocen de total impunidad y recorran libremente el territorio cargados
con armas de guerra? ¿Cómo es posible que las fuerzas de “seguridad” encubran a
estos asesinos? No es justo que los Pueblos
Originarios tengamos que recorrer los pasillos de una
justicia conservadora y homogeneizante. Nuestra diversidad y pluralidad
cultural debe ser reconocida y respetada en los procesos y en las decisiones
del Poder Judicial.
Reafirmamos como Pueblos y Naciones
Originarias la vigencia y el reconocimiento de nuestro derecho consuetudinario
y la posesión territorial, el vínculo y las prácticas de respeto y armonía con
nuestros Territorios, buscando reestablecer el equilibrio natural de nuestros
espacios ancestrales. Esta acción es la base fundamental de nuestras
definiciones políticas culturales. Es imprescindible que las leyes se adecuen a
este proceso y garantizar la posibilidad de desarrollarnos en nuestra
institucionalidad propia, en nuestra relación con la naturaleza, con nuestros
valores económicos y sociales, en un equilibrio con el entorno, respetuoso de
la fuerza de nuestra madre naturaleza y con todos los seres vivos, garantizando
el Buen Vivir de los Pueblos en reciprocidad y complementariedad.
Asumimos en el marco de este diálogo
intercultural la responsabilidad de
tomar los espacios en los órganos de gobierno en donde la presencia
indígena es esencial en el camino de la construcción de un Estado
Plurinacional. Resultado de esto es la presencia indígena en la Secretaría de
Ambiente y Desarrollo Sustentable a través de la Dirección de Pueblos Originarios y Recursos Naturales, la Dirección de Afirmación de Derechos
Indígenas en el INAI y la Dirección de Pueblos
Originarios en la Secretaria de Agricultura Familiar. En este
sentido para poder avanzar el INAI debe ser una institución política, económica
e institucionalmente jerarquizada, con un gobierno pluricultural y con plena
participación indígena garantizada a través de la presencia de los
representantes legítimos de los Pueblos Originarios
en la conformación de las áreas que lo integran.
Tenemos que se parte de la reconfiguración
de los actores políticos en la estructura del Estado, en este sentido las
provincias no pueden seguir constituyéndose en un dique que impide el efectivo
cumplimiento de nuestros derechos en los territorios. Los Pueblos Originarios somos sujetos políticos
preexistentes, las provincias están obligadas por la Constitución y el marco
normativo a reconocernos como tales y ser los garantes de nuestros derechos.
Reconocemos y valoramos los avances
generado por el Gobierno Nacional en materia de Derechos Humanos, asignación
universal por hijo, búsqueda de la distribución de la riqueza. Esta política
nos ha permitido identificar a los grupos económicos del “campo terrateniente”,
las oligarquías y los feudalismos provinciales quienes han arrebatados nuestros
territorios y los medios que operan generando falsas informaciones, mintiendo y
pretendiendo confundir a la opinión pública sobre nuestra realidad territorial.
Declaramos como Pueblos
Originarios que hemos acompañado este proceso incluyente,
pluralizando la participación, sin embargo apostamos a que este proceso tenga
el coraje de profundizar el modelo y avanzar hacia un Estado Plurinacional. Que
establezca reales relaciones de reciprocidad y complementariedad que nos contemple
y participe plenamente a todos los sujetos políticos del país, por ello es primordial
que haya un diálogo fluido y permanente entre los Pueblos Originario y el Estado.
Nuestro desafío es construir juntos lo que
falta, para lo cual es perentorio profundizar el diálogo político con nuestras
organizaciones territoriales, la plena aplicación del derecho a la consulta
previa y participación, y establecer la Ley de Propiedad Comunitaria Indígena,
entre otras medidas urgentes.
Somos Sujetos Colectivos y tenemos la
capacidad de construir las políticas de Estado necesarias para nuestras
demandas y derechos territoriales. Nuestras organizaciones profundizarán sus acciones
en defensa de nuestros territorios con
la firme decisión de asegurar nuestra presencia en las agendas políticas de los
gobiernos. Queremos vivir en paz en nuestros territorios y para ello
necesitamos las herramientas jurídicas, la fortaleza política y el apoyo de
toda la sociedad y el Estado.
Por
una construcción colectiva que NUNCA MÁS, en ningún territorio del país, un
originario tenga que sufrir lo que vivió Andrea Quipildor.
Una
vez más exigimos JUSTICIA por Javier Chocobar, asesinado por un terrateniente
el 12 de octubre de 2009 por defender su Territorio ancestral en la provincia
de Tucumán.
¡JAVIER
CHOCOBAR VIVE EN LA LUCHA DE NUESTRAS ORGANIZACIONES TERRITORIALES!
¡POR
MEMORIA, IDENTIDAD, JUSTICIA Y TERRITORIO!
ENCUENTRO NACIONAL DE ORGANIZACIONES
TERRITORIALES DE PUEBLOS ORIGINARIOS